lunes, 3 de diciembre de 2012

AÑO DE LA FE


El 11 de octubre de 2012 empieza un año muy importante para la vida actual y futuro de la Iglesia. El papa Benedicto XVI, en su carta apostólica promulgada en octubre de 2011, pidió que los católicos dediquemos un año entero a profundizar en nuestra fe, como una conmemoración activa del cincuenta aniversario de la apertura del concilio ecuménico vaticano II y finalizará el 24 de noviembre del 2013 en la fiesta de Cristo rey.
ANUNCIAR Y ENCARNAR LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DE TODOS LOS JÓVENES
Jesús, “ que inició y completa nuestra fea” , debe estar al centro este . La Pastoral Juvenil ha de esforzarse para que los jóvenes centren su vida en Jesús, el único que puede dar “cumplimiento a todo afán  y todo anhelo del corazón humano”. Uno de los medios principales para acercarnos a cristo es descubrir el gusto de alimentarnos con la palabra de dios y el pan de la vida, adquiriendo así el alimento que no perece, sino que perdura para la vida eterna. En los evangelios encontramos el tesoro que nos comparten los evangelistas, para poder ver con los ojos de la fe a quien transformó la vida de los discípulos y quien entregó su vida por la humanidad. Esta riqueza nos invita a evangelizar, a llevar la Buena nueva de Jesús a más Jóvenes.
SIETE IDEAS PARA VIVIR CON ALEGRÍA , INTENSIDAD  Y FRUTOS EL AÑO DE LA FE CON LOS JÓVENES.
1.       Vivirlo unido a la iglesia , en los grupos y comunidades juveniles.
2.       Fortalecer a los jóvenes en la fe .
3.       Celebrar la fe como Iglesia joven.
4.       Profundizar en que es la fe
5.       Fomentar la expresión de la fe en el lenguaje y en los medios propios de la juventud.
6.       Organizar eventos masivos donde se haga una profesión abierta de la fe.
7.       Experimentar el gozo que proviene de la fe en el Señor Jesús y de la comunión  con el Santo Padre.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un espacio de intercambio de culturas, tolerancia y respeto


Siempre me ha encantado el significado de la palabra "católica" (universal). Siempre he creído que tenemos que ser altavoces del amor que Dios nos tiene y pregonarlo desde todas las azoteas posibles.

Vivimos en un mundo donde las realidades son cada vez más vecinales. Ya no podemos pasar indiferentes ante la cultura de los otros ni los demás ante la nuestra. Todos seremos cómplices culturales de todos. Muchas ideologías que han hecho tanto daño a la humanidad no hubiesen tenido ningún eco si primero fueran pensadas y conocidas por la humanidad. El pensar y reflexionar juntos nos lleva a querernos más. Bien dice la Palabra que nadie quiere al que no conoce. Hoy Internet es la mayor enciclopedia de la vida que existe.

Me daría una profunda tristeza que en un futuro oigamos decir: "Conocí a mi actual esposa por Internet", "El trabajo que tengo lo conseguí por Internet", "Mi mejor amigo lo conocí navegando por Internet". No me gustaría que la Red se quedase muda para las cosas de Dios. Sería muy bonito oír decir a alguien: "La primera vez que oí hablar de Cristo fue en Internet "y así comenzó una gran historia de fe”.


¿Con Internet se pierde el contacto humano?


Uno dice estas cosas y parece que hasta queda bien ante el interlocutor pero esto no es así. No existe medio de comunicación más cercano al contacto humano que Internet. Otros medios de comunicación no han gozado de tan mala publicidad como nuestra Red, pero ciertamente son más inhumanos. ¿Qué más inhumano que escuchar una voz a través de un aparato de teléfono y tener que estar adivinando el significado de los silencios, de los posibles gestos, del tono de la voz? En Internet puedes ver y hablar en directo con cualquier persona en cualquier lugar del mundo y además gratis.

¿Qué más inhumano que sentarnos delante de una pantalla de televisión que nos mantiene estáticos sin posibilidad de interactuar? En Internet se nos ofrecen múltiples posibilidades de una comunicación lo más cercana al trato humano. ¿Qué más inhumano que leer un frío periódico donde las noticias que traen ya son pasado? En Internet puedes ver la noticia en directo, incluso charlar al momento con sus protagonistas aunque se encuentren a decenas de miles de kilómetros de distancia. Ciertamente Internet no puede ofrecer por sí mismo un trato humano, somos las personas que lo utilizamos quienes debemos hacerlo.


Es amar a tu prójimo tan igual como tú mismo te amas. Significa respetar las creencias de otras personas,sus ideas,sin imponer tu voluntad por la fuerza o por el mal. Esta frase nos hace pensar la importancia de amar y sobretodo brindarle la mano a tu prójimo cuando más la necesite,pues Dios quiere que nos ayudemos mutuamente como hermanos, que no discutimos por algo banal, Dios siempre ha querido que nos estemos con nuestro prójimo en las buenas y en las malas, para evitar que tropecemos en nuestro camino de salvavión

Dios es indispensable en nuestras vidas aunque nos cueste creerlo. Dios está presente en todo momento de nuestras vidas, en los momentos buenos y en los momentos malos; siempre está dispuesto para brindarte una ayuda incondicional; aunque reniegues de tu fe. Dios nos quiere y siempre quiere que nos vaya bien; muchas veces nos pone obstáculos en nuestra vida pero nos los pone para que nos levantemos y lo afrontemos; pues así nos convertiremos en personas que ante el tropiezo siempre nos levantaremos sin renegar de la fe en Dios, pues ÉL solo quiere lo mejor para nosotros.

Cultivar la fe en la familia


Cada familia cristiana es una “comunidad de vida y de amor” que recibe la misión “de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa” (Juan Pablo II, “Familiaris Consortio” n. 17). Es una comunidad que busca vivir según el Evangelio, que vibra con la Iglesia, que reza, que ama.
Para vivir el amor hace falta fundarlo todo en la experiencia de Cristo, en la vida de la Iglesia, en la fe y la esperanza que nos sostienen como católicos.
En estas líneas queremos reflexionar especialmente sobre la responsabilidad que tienen los padres en el cultivo de la fe en la propia familia. No sólo respecto de los hijos, sino como pareja, pueden ayudarse cada día a conocer, vivir y transmitir la fe que madura en el amor y lleva a la esperanza.
Los hijos también, conforme crecen, se convierten en protagonistas: pueden ayudar y motivar a los padres y a los hermanos para ser cada día más fieles a sus compromisos bautismales.
Entre los muchos caminos que existen para cultivar la fe en familia, nos fijamos ahora en tres: la oración en familia, el estudio de la doctrina católica, y la vida según las enseñanzas de Cristo.
Muchas de las ideas que siguen son simplemente sugerencias o pistas de trabajo. La actitud de fondo que debe acompañarlas, el amor verdaderamente cristiano, da el sentido adecuado a cada una de las acciones que se lleven a la práctica. Un gesto realizado sin profundidad puede secar el alma, puede perder su eficacia. Es posible, sin embargo, iniciar algunos actos sin comprenderlos del todo, pero con el deseo de que nos conduzcan a una actitud profundamente evangélica, a un modo de pensar y de vivir que corresponda plenamente con lo propio de nuestra vocación cristiana.

El difícil arte de la fe


Tener fe es eliminar de la vida el "¿Y si...?"
Caminando con la cabeza erguida, sin volver la vista atrás ni hacia los lados, es tener la convicción de que suceda lo que suceda, el objetivo será alcanzado.

Habrá quien piense que tener fe es aventarse a un pozo oscuro, sin saber lo que le espera allá abajo, pero es exactamente lo contrario.

Quien tiene fe, sí se avienta a un pozo oscuro, pero sabiendo, a través de los ojos espirituales lo que le espera y, no duda de ello, construye su arca con la seguridad de que la lluvia vendrá, abre los ojos a la promesa y cierra los oídos a los que intentan hacerlo desistir con dudas, anda sobre las aguas y siente tierra firme bajo los pies, ve salidas y continúa caminando donde otros desistieron.

Tenemos fe cuando contamos con la certeza absoluta de que no estamos solos. Sabemos que una Mano nos guía, Brazos que nos esperan y eso nos reconforta.

Perdemos bendiciones porque en medio del camino, principalmente si es largo, comenzamos a cuestionar. No es fácil para nadie mantenerse en posición de fe cuando todo parece contrario a lo que se espera.

Las personas más próximas a Jesús dudaron. Pedro comenzó a hundirse al andar sobre las aguas, todos los discípulos entraron en pánico por causa de una tempestad, aún sabiendo al maestro a su lado y Tomás quiso tocar la herida con sus propias manos.

Así somos, incrédulos, porque somos demasiado materialistas.

Si fuéramos más espirituales nuestra vida sería diferente. Quien solo cree en aquello que ve, solo experimenta aquello que ve, quien cree en Dios, experimenta la diversidad de bendiciones que Dios coloca a nuestra disposición.

La fe es un ejercicio diario de confianza en Dios y es el resultado de la convivencia con Él. Solo que Dios no es un Dios que se impone.

Cabe a nosotros la búsqueda.

Quien ya tiene fe, planta en desiertos y ve campos floridos.